Un gigantesco caudal de recursos petrolíferos y gasíferos,
solo en la fachada marítima, que además se suman a extensas áreas con
oro, diamante, bauxita, uranio e incluso coltán —todo distribuido en una
extensión territorial de 159.542 kilómetros cuadrados—, es el punto de
la discordia entre Venezuela y Guyana por lo que se conoce hoy como el
Esequibo
Actualmente, en el área energética solo se perfilan
aproximaciones de lo que la “zona en reclamación” posee en sus entrañas.
El Servicio de Geología de Estados Unidos (Usgs, por sus siglas en
inglés), indicó hace cinco años, en un informe previo, que el territorio
suma reservas probables de crudo que oscilan entre los 10.000 y 20.000
millones de barriles.
Tal cantidad de crudo es similar a las que todavía existen
en el occidente de Venezuela (20.090 millones de barriles de petróleo),
zona que se ha sometido a más de 100 años de explotación petrolera
continua.
A esto le añade el componente gasífero, en buena parte en
el mar y que le pertenecería al estado Delta Amacuro, que se extenderían
entre los 30 y 45 TCF (billones de pies cúbicos de gas).
Otras “señales” del potencial del territorio disputado se
perfilan desde Venezuela, a través del desarrollo del proyecto gasífero
en la Plataforma Deltana, una extensa zona marítima en la cuenca
oriental del país y que guarda límites con la República de Trinidad y
Tobago.
Recientemente, Pedro Eitz, representante de Chevron Global
Technology Service Company, en un evento petrolero, informó que la
plataforma —área relativamente cercana a la frontera con el Esequibo—
cuenta ya 7,3 TCF (billones de pies cúbicos de gas recuperable y no
asociado).
Sobre esto, el analista en temas energéticos, José
Sangronis, apunta que “para nadie es un secreto que toda la zona costa
afuera desde Falcón hasta el Esequibo, desde el Golfo de Venezuela hasta
el Atlántico, es rica en yacimientos gasíferos y de petróleo. Guyana,
en conjunto con la Exxon Mobil, saben a ciencia cierta cuál es el
potencial energético de la zona en reclamación. No lo sacan a la luz
pública porque la disputa territorial aumentaría”.
“El bloque Stabroek Block, que explora Exxon Mobil, en
compañía de un consorcio chino, se perfila como prometedor. Pero hasta
que no se haga la perforación de los primeros pozos el potencial
gasífero será un misterio. De repente allí puede existir otro Perla 1X
como el que descubrió Repsol hace algunos años en el Golfo (...).
Venezuela tiene que hacer todo lo posible para solucionar esa disputa
que tiene más de 100 años”, dijo.
En esto también coincide el docente y analista del sector
petrolero, Carlos Mendoza Potellá, quien mantiene la tesis, en
declaraciones a un diario de la capital, de que en el área, “entregada
en concesión de manera arbitraria a Exxon por Guyana”, podría tratarse
de un importante yacimiento, toda vez que, en primer lugar, tiene 27.000
kilómetros de extensión, lo que vendría a equivaler “a la mitad del
primer reservorio de crudo del mundo, la Faja Petrolífera del Orinoco”.
Para Potellá otro punto a evaluar es que el área “se
encuentra próxima a los yacimientos gasíferos que comparten Venezuela y
Trinidad y Tobago, en la Plataforma Deltana; es decir, que tiene grandes
posibilidades de tener características similares”.
Dejando a un lado el petróleo y el gas, en el Esequibo
igualmente existen “importantes recursos mineros”, como: oro, diamante,
bauxita, manganeso, uranio y hasta coltán, este último uno de los
componentes más cotizados del mundo por su uso en la fabricación de
componentes electrónicos avanzados.
En su libro Geografía Física del Territorio en
Reclamación: Guayana Esequiba, el escritor Faustino Morales Mena también
reafirma que “Guayana Esequiba posee seis cuencas hidrográficas. Son
ríos caudalosos que desembocan en el Atlántico y con gran potencial para
la generación de energía hidráulica. Los bosques colonizan el 80% de la
superficie (…) además, de una gran cantidad de hectáreas para el
cultivo”.
El experto en temas energéticos y conocedor del área en
reclamación, Juan José Morín, indicó a este rotativo que “el Esequibo es
una joya de la corona. Son pocos los territorios en el mundo que tienen
oro, petróleo, gas, diamante. Venezuela ya lo tiene con el escudo
guayanés, en Bolívar. Todo ese potencial que allá existe se extiende
hasta el territorio en reclamación (...)”.
Morín añadió que en “2011 salió a la luz pública que
Guyana había dado el visto bueno a los proyectos de extracción de oro de
Toroparu, Aurora y Sulphur Rose, ubicados en la zona en reclamación, y
estaba entregando concesiones a mineras canadienses. Se conoció que los
tres campos acumulaban cerca de 14,5 millones de onzas del mineral. Son
zonas simulares a las minas Las Cristinas, Choco y la Victoria en el
estado Bolívar (...) sería verdaderamente lamentable que Venezuela deje
perder todos esos recursos”.
Mientras se mantiene la disputa entre Venezuela y Guyana,
—a la espera de algún dictamen de parte de la Asamblea General de la
ONU, el Consejo de Seguridad o Corte Internacional de Justicia—, los
recursos energéticos se mantienen allí a la espera de ser explotados.
Guyana ya “picó adelante” con el inicios de los estudios exploratorios
en el bloque Stabroek de Esso, a manos de Exxon Mobil. Mientras Caracas
espera una solución diplomática y que sea a su favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario