Desde hace diez años, los investigadores se valen de una curiosa tecnología llamada optogenética para manipular el comportamiento de las neuronas. Consiste en insertar en las células nerviosas un gen presente en las algas verdeazuladas (también llamadas cianobacterias) para que reaccionen, como estos seres unicelulares, a los cambios de luz.
Pues ahora, un trabajo publicado en la revista Nature Communications revela que la optogenética ha sido aplicada a las cuerdas vocales de un ratón con resultados sorprendentes: los científicos han conseguido que esas fibras se contraigan a golpes de luz, sustituyendo a los impulsos eléctricos. Los investigadores ya habían modificado así los latidos del corazón de otro roedor, pero esto supone ampliar la técnica de estimulación lumínica a músculos que dependen del pensamiento consciente.
La idea del experimento se le ocurrió a uno de los autores del estudio cuando trabajaba como médico residente en un hospital y tuvo que tratar a pacientes con parálisis laríngea. Como explica Philipp Sasse, fisiólogo de la Universidad de Bonn (Alemania) y coautor del trabajo, en estos casos no funciona la estimulación eléctrica: las fibras musculares están demasiado juntas en la laringe y se contraen todas a la vez. Con la luz se podría ser más selectivo, por lo que la optogenética abre una nueva vía para trastornos musculares que impiden hablar o respirar bien. Los investigadores pretenden ahora repetir el experimento en cerdos, cuya tráquea es más parecida a la de los humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario